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Un día no hallando la dicha Era un cuento muy oído,
(y riquezas tenía de más) por supuesto hasta irreal.
se
aventuró con pericia Pero
muchos se habían ido
para
conseguir lograr
lo
que muchos anhelaban:
un
corcel que era en cristal.
También
sabía de plano
que
el que lo fuera a buscar
debía
llevar de la mano
bastante
capacidad, varias
nueces y una más,
un
corazón de nobleza
y
valentía además.
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Se
marchó al rayar el alba, Buscaba...
Y no lo hallaba.
dejando
todo detrás. Los
días veía pasar.
Con
gran firmeza y con calma De
frutas se alimentaba,
su
sueño fue a realizar. y de
su mochila especial
Se
adentró en la foresta sacaba
para las cenas
y siguió su caminar. un
buen pedazo de pan.
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Pasaron
varias semanas De
pronto de los arbustos
y no
volvía hacia atrás. un
anciano apareció.
Seguía
con muchas ganas,
porque
era grande su afán. y
al joven se le acercó.
Una
idea tenía bien clara: Acomodándosele
al frente,
¡del corcel se iba a
adueñar! de
esta manera le habló:
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"Ando
en busca de una ayuda:
va en
ella mi salvación. sé
muy bien cuál es tu empeño.
No
fue buena mi fortuna
y mi
meta fracasó.
Mas
tú podrás alcanzarla
si escuchas con atención. y
resuelve este misterio.
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Lo
quise hacer hace tiempo El
joven le brindó pan
y
luché mucho tratando,
pero
fracasó mi intento
y es
difícil ya lograrlo. adonde
llega temprano
No
debes perder el valor el
día rompiendo la noche...
que es en esto
necesario." ¡y
ahí podrás encontrarlo!
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"Agarras
un rayo del día,
que
ya lo verás salir.
Y
será la compañía
que
llevarás con el fin nunca
más a este lugar.
de
devolver al pasado
todo... incluyéndome a mí. al
Tiempo con habilidad.
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"Le
puedes dejar abierto
algún
problema mental,
que
seguro y con acierto sigue
hasta encontrar el río
el
Tiempo resolverá. y te
zambulles en él.
Pero
tú en esos momentos Nada
debe detenerte...
con
esto lo entretendrás.
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Se
despidió el buen anciano
que
días antes joven fue,
diciendo:
"Trae en tus manos Le
dio otro pedazo de pan
ese
precioso corcel.
Y no
olvides pasar por mí,
para rejuvenecer." esperó
el amanecer.
A los
primeros albores
despertó
y lo vio muy bien:
El
día entrando en colores
se
veía reverdecer.
¡La
vida se levantaba
después de ese anochecer! a
un pequeño encontró.
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Se
notaba muy feliz,
y el
joven la nuez sacó.
“¿Qué
es lo que tengo aquí? ” el
niño con atención:
enseguida
preguntó.
“Es
una sabrosa nuez” de delicioso sabor
el
niño le contestó. ¡Me
la dejas, por favor!”
Siguió
el joven muy campante, "¿Qué
llevo aquí en mi mano?"
pues
la infancia conquistó. al
adulto preguntó.
Por
el camino adelante
a un
adulto se encontró:
sabía
que era el pequeño, Y si
la abres queda
que
en grande se convirtió. una
semilla interior”.
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"La
puedes ir cultivando”, Justo
cuando al río llegó
así
el joven concluyó.
Seguro,
¿me la estás dando? y
sonriente preguntó:
El
adulto preguntó.
¡La
sembraré, y con paciencia
un día tendré más de dos!” "Un
muerto, y no seré yo."
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La
Muerte duro se rió: Sacando
el día preparado,
"Yo
no agarraré la nuez con
la Muerte se enfrentó.
que
brindas con la intención
de
fracasar lo que es,
El
joven dijo: "¡Mal hecho!"
y su mano al bolso fue. y
al fin desapareció.
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Se
dijo: "Jugué mi suerte", El
río era cristalino
y
pensando (se sonrió) y ahí
lo pudo encontrar:
que
"la boba fue la Muerte",
y una
nuez sopesó. ¡parecía
un manantial!
"Sí,
ya venía preparado
para cualquier situación". Luego
sabrán lo demás!
Volando
iban y cruzaban
sobre
un bello forestal,
cuando
oyó que le gritaban
y lo
pudo divisar... hacia
la hermosa ciudad.
Llevando
al anciano en anca
volvieron al tiempo atrás. "¿Cómo
lograste llegar?"
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"Me
llevé un rayo del día... "Luego
metiéndome al río,
¡Es
muy sencillo! Así fue:
El
niño se entretenía Y
encontré dormido
con
la nuez que iba a comer.
Al
adulto pensativo
sembrando a la nuez dejé. y
luego me trepé en él
"Salió
del agua, y rendido
sus
alas las extendió.
Volando
hacía el recorrido
del
pasado a mi favor.
Un
esqueleto vencido
llevaba un vacío cajón. y
recoger con sudor.
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"Un
bosque que oscurecía,
y
atrás otra vez el sol, me
encontraría también
un
viejo que aparecía
contando
su situación, Si no
me preparo bien,
un
joven que repartía
un
pan, prestando atención.
El
potro pegó un relincho,
las
alas batió a placer. como
un corcel de cristal,
El
sol ya se daba inicio
y el
iris se pudo ver,
con
sus preciosos colores
al pasar por el corcel. a la
meta llegará.
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