Había en un
parque una fuente
que recibía
los rayos del sol
irisando
brillantemente
una gran gama
multicolor.
Todos los días
se madrugaban
las aves dando
su entonación;
en ella
siempre se descansaban
y chapoteaban
en su interior.
Las mariposas
allí volaban
con una amplia
ornamentación.
Preciosas
flores se refrescaban
con el rocío,
¡era un primor!
Una charquita muy pisoteada
miraba el fin
de su bienestar.
Pequeños niños
siempre jugaban
allá en la
fuente y se oían gritar.
ya que en la
fuente un día vivió:
un ave alegre
que ahí bañaba
la había
empujado hacia el exterior.
"Nadie
disfruta con mi agua sucia:
todos
corriendo a la fuente van.
Y en esta
sombra, y no es excusa,
tampoco el sol
me puede secar.
"Me
siento sola aquí en el piso
y la nostalgia
me va a matar.
Antes vivía en
un paraíso,
y
ahora me veo en este lugar.
"Allá en
la fuente libre corría:
subía y bajaba
en el manantial.
Hoy solamente
estoy tendida,
Y toda sucia...
¡Ya no doy más!"
Saltó una rana
quedando a un lado,
y con un
brinco se acomodó.
Dentro de la
charca había buscado
un sitio
fresco, y al fin lo halló.
Se fue acercando una lagartija,
y la fresca
rana de ahí saltó:
se fue
alejando segura y fija
tras un
grillito que apareció.
La lagartija bebió con calma
un trago de
agua, y hasta eructó.
Se fue ligera
y trepó a una palma,
porque
unos pasos detrás sintió.
Una figura
cubrió la charca
y llegó
acezando a más no poder:
un noble perro
entrado en chanda,
todo sediento
bebió y se fue.
Las mariposas luego bajaban,
buscando allí
su salubridad,
ya que seguro también
hallaban
la sal del
cuerpo vitalizar.
Quedó
tranquila... y con agrado,
porque de
alguna forma sirvió.
El perro que
ya la había probado,
volvió y
todita se la tomó.
Es importante un buen aseo
en todo el
cuerpo, en lo personal.
Y los pequeños
en sus paseos
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